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domingo, 21 de octubre de 2012

Comunicado de la Junta de Festejos de 1923


JUNTA POPULAR DE FESTEJOS DE LA LINEA


AL EXCMO AYUNTAMIENTO, A LOS QUE NOS HONRARON CON SU REPRESENTACION, Y AL PUEBLO DE LA LINEA




Vinimos a esta junta sin haberlo solicitado, como no solicitaremos jamás ningún puesto, por modesto que sea, convencidos de que sólo podemos ofrecer nuestra buena voluntad y de que ésta no disculpa los errores que en el desempeño de cargos públicos se cometan. 

Aceptamos, sin embargo, porque creímos que en asunto que no es ni debe ser político, íbamos a tener facilidades por parte de todos en bien de nuestra ciudad. Y este fue nuestro gran desengaño. A la desatención de cierta personalidad política, siguió la deliberada abstención de los que a cada paso y por el más fútil pretexto hacen protestas de amor a La Línea, y la indisculpable falta de cortesía con que algunos maestros de instrucción primaria acordaron no contestar siquiera, cuando fueron atentamente requeridos para que colaborasen con nosotros en la organización del festival infantil. 

Fue parecer unánime de esta junta no organizar corridas de toros, porque consideramos que son para La Línea, pecuniariamente, un sacrificio, y que este sacrificio sólo tiene justificación cuando se trata de algo más culto y de mayor necesidad moral que unas corridas. Quisimos arrendar 1a Plaza para otra clase de festejos, entre ellos un concurso de bandas, pero el propietario exigió, en uso de su perfecto derecho, que se diera una corrida de toros y una novillada, y ante esta actitud, inflexible hasta el extremo de no transigir con que por una empresa particular se  dieran dos novilladas; hubimos de abandonar nuestros propósitos.

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Desde aquel momento la labor de esta junta se encaminó a procurar al pueblo el mayor número de distracciones gratuitas, porque pensamos que el dinero que se nos había entregado era exclusivamente suyo, aportado por él para gozar con todo derecho de este paréntesis anual de regocijo. 

El poco tiempo de que dispuso esta junta fue obstáculo invencible para que se pensara en números nuevos; eran los de siempre, los trillados, los de todos los años, y había que organizarlos con los elementos que al paso se ofrecían, sin opción a elegirlos mejores o más económicos, sin plazo para perfeccionarlos. De esta falta de organización ha tenido que resentirse todo el programa. Y sólo en algunas cosas -carnets anunciadores, por ejemplo- hemos hecho algo digno de nuestra ciudad. En lo demás ... , nuestra buena voluntad nos salvaría si no hubiéramos sentado, al principio, que no basta ella sola. 

Llegados a este punto, y para compensar en parte nuestros yerros, digamos, como aviso a Juntas venideras, lo que nos dicta la dolorosa experiencia. 

La junta Popular de Festejos debe ser un organismo permanente, que estudie y acometa en todo tiempo cuantos festivales y actos de cultura puedan contribuir a elevar la vida espiritual de La Línea, sacándola del estado de postración en que se halla, y evitando que la Juventud, falta de ambiente, dirija sus energías por otros derroteros, o deje que sus entusiasmos se vayan amortiguando. 

La junta Popular de Festejos debe estar constituí da por un reducido número de personas, dispuestas a trabajar, y que ninguna tenga negocios que se rocen de cerca ni de lejos con los festivales o veladas. 

La junta Popular de Festejos, con almacén, teniendo a su cargo todos los en­seres de la Velada para renovarlos por administración, con material propio de alumbrado, con un plan a desarrollar respecto a la urbanización y riego del Paseo, evitaría que todos los años se derrame, sin gloria ni provecho, una importante cantidad que, bien empleada, haría que los festejos de La Línea tuviesen la debida y honrosa resonancia en todo Andalucía. 

Descendiendo de este plano a otro más particular, y refiriéndonos al acuerdo de esta junta de rebajar el precio del terreno en un 25 por 100, creemos que la rebaja debió llegar a un 40 por 100, habilitando nuevas calles en la Velada con precios módicos que consintieran mayor número de instalaciones, cobrando las particulares de entidades, y sosteniendo el precio anterior, sin rebaja alguna, para determinados puestos 

Recordaremos la intervención de la Autoridad Judicial con motivo de la denuncia presen­tada contra algunos dueños de instalaciones, para hacer constar la actitud de la junta, que fue  a nuestro juicio, la única que podía seguirse, la que se había  seguido hasta entonces, inspirada en un absoluto y cuidadoso respeto a la Ley. 

Terminaremos dando las gracias a las autoridades inglesa y española, que, galantemente y por primera vez, concedieron a dos pueblos hermanos, Gibraltar y La Línea, una semana más de comunicaci6n hasta la madrugada, y a todos cuantos han contribuido a que la labor de la Junta, tan obstaculizada, tuviese feliz término. 
















   Luis Javier Traverso







Gracias a la colaboración del Archivo Municipal de La Línea de la Concepción